Princesa Conejo: Hacer del cuerpo un pacto con la imaginación

Un tránsito siempre comienza con una pérdida de sentido. O al menos así ha sido siempre en mi caso. Transitar se vuelve necesario cuando pierdes el vínculo con los significados del mundo, y comienzas a empujarlo todo con una fuerza tal, que es capaz de desarmar los pactos que tienes contigo y con el resto sobre la manera en que se hace la vida. A mí lo que siempre me ha empujado a transitar, es mi cuerpo. Parece tener un hambre muy grande por el cambio. Cuando niña imaginaba que las cosas eran diferentes para hacerlas más emocionantes, y con el tiempo ha sido mi cuerpo el lugar que más me he dedicado a transformar. Transitar en el género se siente como un reencuentro con la infancia, porque ambos son espacios que permiten encarnar cuerpos inviables bajo las lógicas del mundo, pero profundamente vivibles para quienes los hacemos.
Con el deseo de volver a generar herramientas para encarnar esos cuerpos, he desarrollado una serie de ejercicios de intervención de las relaciones cotidianas en las que se materializa mi experiencia de género. Todos ellos son procesos-prótesis, a través de los cuales ensayo otras formas de construirme, en el punto en que se cruza práctica, cuerpo y fantasía. Por la necesidad de producir otros saberes sobre la experiencia de armarse un cuerpo durante la vida; hacer del cuerpo un pacto con la imaginación.

Diamela Burboa